Perdonar es difícil



El perdón es difícil. Implica dejar libre a una persona “que debe”. El perdón es la libertad del pasado. Es liberarse de la persona abusadora que lastimó. Todas esas personas que hoy exigen “justicia” tienen en lo más profundo de su alma un registro contable de quién le debe qué. Tienen un sentimiento que les mortifica los tuétanos y las entrañas por cada atrocidad cometida por la bota asesina. Muchas de estas personas, en su mayoría indígena, han sido víctimas, por todo un sistema perverso de desigualdad y del terrateniente explotador claro. Con toda razón buscan desesperadamente compensar ese vacío en su alma para completar su existencia. El cobro de estas deudas los motivan a exigir “justicia”! Y tienen razón. No se puede olvidar esa terrible guerra que asoló a Guatemala de 1960 a 1996. No se puede olvidar tanto martirio y tanta atrocidad cometida por ambos bandos. Guerra idiota que a la larga nos dividió más. Mientras que los cabecillas en estos momentos, gastándose el dinero que les dejó la ofensiva, en algún lugar del mundo. Y nosotros, pagando los platos rotos de ellos, jalando a cuestas cada uno su carreta.Ya no nos dividamos más por favor! Rompamos con esa maldición de ricos-pobres, ejercito-guerrillera, indígenas-ladinos. Eso nos ha hecho y nos sigue haciendo mucho daño. Creo que ya no vale la pena voltear a ver el pasado. La justicia es necesaria pero se debe perdonar. “Errar es un humano, perdonar es divino”. Y no hay estupidez mayor que no perdonar. No hay nada malo en querer resolver las cosas como lo pretenden las personas y organizaciones que exigen justicia en las afueras de los tribunales. El problema es que las cosas se resuelven solo de una manera: con gracia y con perdón. “Ojo por ojo y diente por diente no resulta”. No es posible deshacer el mal que se ha hecho. Pero puede ser perdonado e inutilizado. Perdonar significa cancelar una cuenta. Olvídense ya de ella. Rompan la factura. Entiendan que perdonar significa que nunca obtendremos de esa persona lo que nos debe. Si nos aferramos a la demanda nos estamos autodestruyendo junto con las demás generaciones. Eso sí, perdonar no es lo mismo que permitir más abuso.

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